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XXII Congreso Pedagógico 2017 

SOBERANÍA PEDAGÓGICA 
MEMORIAS, IDENTIDADES, COMUNIDADES, TERRITORIOS

Ponentes: Amelia Suárez y Ana Carolina Revello

Título: Libro álbum, convocando a la diversidad

La escuela Nº 10 DE 1º, Presidente Quintana, está situada en Once, un barrio de comercios, bocinas, pregones, donde las más diversas colectividades confluyen con sus historias, sus culturas, sus lenguajes. Donde las mañanas bulliciosas mutan en noches solitarias, oscuras, húmedas, inquietantes, en las que los cartoneros cosechan en campos generosos de telas, cartones, plásticos, latas… un territorio que transfiere sus particularidades a la escuela de adultos.

Nuestra propuesta educativa incluye una gama variada de cursos, pero, principalmente, permite a quien lo necesite, iniciar, transitar y finalizar la escuela primaria. Contempla, además, la necesidad de su comunidad, por lo que cuenta con cursos de Castellano para Extranjeros. Pero, por sobre todo lo anterior, brinda un clima que invite al alumno al encuentro cálido con el otro. Es en este contexto que nos preguntamos sobre qué implica acompañar a un adulto en un proceso educativo.

Hacerlo, creemos, supone alejamos de los objetivos, contenidos y didácticas propias de la educación primaria común dando lugar al bagaje personal de conocimientos y estrategias  que le permitieron al alumno, con mayor o menor dificultad, desenvolverse social y laboralmente hasta hoy. Nuestros estudiantes se acercan a la escuela con sus vivencias, sus deseos (muchas veces ocultos), sus dolores y la necesidad de una mirada amiga, un momento balsámico que diluya los malestares cotidianos. El maestro tiende una mano en ese recorrido entre el miedo a no poder y el aceptar el desafío de lo nuevo por conocer, asumiendo sortear las dificultades surgidas en el camino.

Es nuestra tarea conjugar el marco institucional respetando y alentando la trayectoria personal de nuestros alumnos. La complejidad que ello implica, nos lleva necesariamente a trabajar en un estado de observación atenta, de búsqueda permanente, de reflexión continua, no sólo sobre estrategias de enseñanza sino sobre la naturaleza misma de nuestros alumnos y la de su educación.

¿Cuánto conocimiento pedagógico se produce en el aula? ¿Dónde queda? ¿Cómo se enriquece? ¿Quién lo aprovecha? La producción de conocimientos, habitual en la cotidianeidad escolar, queda muchas veces dentro de los límites del aula. Nuestra  institución raramente propicia momentos de intercambio, que permitan a los maestros compartir inquietudes que surgen a partir de las diferentes realidades áulicas y sus posibilidades de abordaje. La interacción entre docentes suele sostenerse en fugaces diálogos de pasillo o esporádicos encuentros fuera del horario laboral, forzando tiempos personales.

Es desde ese lugar privilegiado para descubrir problemáticas, plantear estrategias que las superen y reflexionar sobre sus procesos y resultados, que reafirmamos la necesidad de fortalecer el rol del docente como investigador con capacidad de divulgar sus observaciones, sus reflexiones y sus preguntas. En este sentido, nos parece sustancial la interacción con sus compañeros, pero también con académicos que ofrezcan marcos teóricos y la posibilidad de realizar registros. Durante el desarrollo del «Proyecto Libro álbum» contamos con el acompañamiento de docentes y estudiantes de la Facultad de Filosofía y Letras[1] a fin de realizar un intercambio. Nosotros aportamos a esta articulación nuestra experiencia, nuestras reflexiones sobre la práctica y un lugar en primera fila para observar la realidad áulica, las modalidades, estrategias, criterios que modelan el accionar de la escuela primaria de adultos. Por su parte, nuestros compañeros especialistas, nos proporcionaron bibliografía específica, material de lectura para los alumnos, participaciones áulicas que enriquecieron las actividades, registros etnográficos, y el ensayo derivado de estos (del alumno Mariano Panetta) que resultó un material inestimable para comparar con  nuestras propias reflexiones y la posterior elaboración textual.

Una de las problemáticas observadas fue la falta de materiales de lectura para aquellas personas que transitan el inicio de su alfabetización, generándose de esta manera una nueva forma de vulneración para nuestros alumnos. Fue así que nos propusimos crear nuestro propio material de lectura y elegimos hacerlo a través del libro álbum, propiciando un espacio de creación orientado hacia la búsqueda de expresiones con sentido que interpelen realidades y poéticas, convirtiéndose en un material significativo, estético y disfrutable para cualquier lector adulto.

LOS CAMINOS EN EL AULA TALLER

La búsqueda de caminos propios y compartidos en un marco de diversidad social y cultural, el aprender haciendo, el recuperar y valorar los conocimientos de cada alumno, con la mirada atenta del docente que permite la intervención precisa, crea la posibilidad a cada estudiante de pensar y crecer con el otro para afrontar los desafíos que le signifique cada tarea, un marco de placer, alegría y juego. Estas son algunas de las posibilidades que brinda la tarea grupal, el trabajo creativo y experimental del taller.

”Un buen trabajo grupal en la escuela aumenta las posibilidades de que se cumpla el aprendizaje por el intercambio que se produce entre los miembros, por el estímulo que da la mirada del otro, y por la confianza y seguridad en sí mismo que siente alguien que está contenido por un buen grupo”.[2]

El aula taller está relacionada con el aprendizaje a partir de la práctica, instancia enriquecida con el aporte de los conocimientos previos de cada uno de los estudiantes y con los aportes teóricos y metodológicos que puedan ofrecer los docentes. Esta modalidad de trabajo se ajusta a la tarea que nos proponemos realizar desde un colectivo heterogéneo, generando contenidos modelados por búsquedas estéticas y creando los soportes para estos contenidos.

EL LIBRO ALBUM, TERRITORIOS SIN FRONTERAS

En tiempos en los que la imagen adquiere un indiscutible estatus comunicacional, mantenernos anclados a la supremacía del texto escrito nos enjaula en un anacronismo que limita la lectura, la expresividad y el placer.

El libro álbum navega por territorios sin fronteras. En sus páginas late una ambigüedad permanente. A decir de Teresa Durán en el texto « ¿Qué es un álbum? Problemas de léxico, de público y de divulgación»: “El álbum es heterodoxo, no sólo por lo que dice, sino sobre todo por cómo lo dice, y también por quien lo dice y para quien lo dice. Puesto que el álbum rompe inercias, tanto en la práctica editora como en la práctica lectora, ya que no siempre se puede precisar, cuando está entre tus manos, qué fue primero, si el huevo o la gallina, si el texto o la imagen, si la idea o el libro resultante, si se destina a un lector infantil o adulto”.[3]

A veces sorteando, a veces incluyendo aspectos infantiles de la obra, el lector adulto encuentra en sus espacios indefinidos el placer de la construcción de significados que lo involucran. En este taller, ante el encuentro de la diversidad, y a pesar de la falta de idioma común, la imagen que leemos y que generamos nos brinda puentes de comprensión.

La articulación de textos e imágenes demanda una reflexión pedagógica, requiere pensar un proyecto que devele los elementos que ambos tienen en común y los que no, para hacer visible un universo de ideas aprensibles para nosotros y para los otros. Según Janine Despinette: “[el] álbum se nos revela como (...) el soporte de reflexión para una mejor comprensión del otro, sea de donde sea, gracias al mejor conocimiento de las culturas foráneas porque en este sentido, la imagen es más legible de lo que nos resulta una lengua desconocida. Un esencial objeto cultural representativo, porque da testimonio de la evolución social, artística y tecnológica de nuestro tiempo”.[4]

ACERCÁNDONOS A LA CREACIÓN DE IMÁGENES

Siempre es un desafío asumir una tarea creativa. Nuestros alumnos han transitado en mayor o menor medida recorridos de lectura y escritura textuales. Sin embargo asumir el trabajo con la imagen para los alumnos de la escuela primaria, es asomarse a lo nuevo, a la posibilidad de frustrarse. Desplazarnos por lo desconocido, requiere de algunos cuidados. El acercamiento debe ser paulatino y gratificante en la tarea misma, más allá del resultado final.

Los primeros pasos tuvieron que ver con intervenir libros con textos breves y poderosos.

«El Bosque dentro de mí» de Adolfo Serra, nos invitó a viajar, de la mano del niño interior, a través de un mundo de grises y densidad casi onírica, permitiéndonos indagar sobre nosotros mismos y plasmar en pocas palabras nuestras impresiones, acompañando el movimiento de las imágenes, iluminándolas apenas con colores. Cada frase un trabajo colectivo, disenso, reflexión, consenso.

En contrapartida, «Feliz», de Mies Van Hout, de colores vibrantes con una estética dirigida indiscutiblemente a los niños, nos permite indagar en las emociones que se manifiestan en las distintas gestualidades y actitudes. Creamos, entonces, un pensamiento, un por qué de ciertos sentires, jugando con tipografías e interviniendo las imágenes aportando nuevos sentidos.

Una vez que trabajamos con imágenes de libros de otros autores nos sentimos en condiciones de comenzar a crear nuestras propias producciones recurriendo a distintas estrategias para lograrlo. 

Esta primera edición artesanal se produjo a partir de variadas ilustraciones de rostros realizadas por el alumno de Dibujo «Hayk Garu Kyan». A diferencia del libro Feliz, cierta oscuridad en las expresiones, nos arrojaba a la ambigüedad con la que confrontar antes de generar un texto, una palabra que diera cuenta de la interpretación particular de cada alumno.

El segundo libro de nuestra producción se trabajó asumiendo la pluralidad que transita dentro de la escuela y relacionándola con el Día de la Diversidad Cultural. Brasileños, haitianos, bangladeses, hindúes, rusos, croatas y sus lenguas. Lejos de generarse una “Torre de Babel”, todos recurrieron a las más variadas estrategias para comunicarse, entre ellas, la sonrisa, la primera y la más constante. Al respecto, Mariano Panetta registró: “Sonríen muchísimo. Ese es un punto en común. La sonrisa de todos. Hay algo que despiden que está más allá de la cotidianeidad porteña”.[5]

Aquellos objetos, aquellos recuerdos queridos de las tierras que vieron nacer a nuestros estudiantes fueron expuestos, narrados, iluminados y retratados. Ya en el formato de libro, cada alumno intervino libremente con textos e ilustraciones la página que lo representaba. Finalmente, el retrato grupal, cosmopolita, cerraría la última edición.

Transitar este proceso, propició ampliar códigos estéticos y expresivos sin enfrentarse a la frustración del “no sé dibujar”, valorando la expresividad más allá de las consignas estéticas imperantes. “Lo lindo del hecho estético es el momento de producir y sentir, es la actividad en sí misma (…) de hacer, de crear, de poner en relación cosas”.[6]

La búsqueda de alternativas para abordar el trabajo con la imagen nos permitió jugar con la forma del texto, comprender que la palabra dice no sólo por su significado, sino también por su manera de desplegarse en el espacio; nos permitió observar que a una página con fotografías puede ser resignificada interviniéndola con otra técnica.

Por otra parte y a pesar de la importancia que adquiere la imagen dentro de este género, no puede obviarse el valor del texto, breve, contundente. Una sola palabra que contenga los significados que cada lector pueda otorgarle, una palabra que permite bucear en las propias vivencias para elevarse a la superficie con nuevos sentidos que, lejos de cristalizarse, adquieren nueva vida cuando se relacionan con la imagen. La búsqueda de cada palabra exige un recorrido escarpado y sinuoso. “Me llama la atención la seriedad con que los alumnos brasileños toman el libro. Uno de los dibujos se revela misterioso. El brasileño lleva toda la clase buscando la palabra precisa que pueda descifrar la imagen”.[7]

Desde el final del camino

La intensidad y premura del trabajo durante los encuentros del taller, apenas sí nos dejaron tiempo para la reflexión puntual en función de la práctica inmediata.

Ahora, al final del recorrido, con un bagaje de recuerdos, registros y vivencias, con el tiempo de nuestro lado, nos damos ese espacio sereno y placentero para la reflexión compartida, dialogada, como punto de llegada, que no es otra cosa que un nuevo punto de partida. Así un puñado de ideas y algunos asombros al descubrir aquello que siempre estuvo allí, ante nuestros ojos y que a continuación, compartimos.

Trabajando, interviniendo, creando libros álbum, nos alejarnos de la creencia de que el texto  es un objeto separado de sus autores y sus lectores, un elemento cerrado en sí mismo, que enfatiza sus relaciones gramaticales internas en desmedro de las relaciones entre el texto y la experiencia del mundo circundante.

Dentro de esa experiencia, de ese universo-taller, reunir en un mismo aula a las más diversas pluralidades nos ha llevado, dentro de criterios de trabajo inclusivos, a la necesidad de generar espacios de mayor libertad. “La clase es heterogénea. Por momentos, se diría que es un taller de pintura, por momentos de fotografía, (...) alumnos y profesores concentradísimos en su obra. Hay algo de acentuar las trayectorias personales, al que ama pintar se lo deja pintando, se le incluye y al mismo tiempo, se le brinda un especie de taller con cristales transparentes. Yo diría que las trayectorias son en su mayoría  no solo no tradicionales, sino desafiantes”.[8]

La diferencias de idiomas («creol», la lengua criolla hablada en Haití, portugués, croata, castellano, bengalí) requirieron por parte de los alumnos (y los docentes) desarrollar  competencias comunicativas corporizadas en actos solidarios: intentar entender y ayudar a comprender con paciencia, con buen humor, con alegría.

Una de las cuestiones que aparecen a partir de las observaciones de Mariano, en épocas de evaluaciones internacionales y estandarizadas, es el concepto de lo «no-medible». “Las voces de los alumnos, el tráfico de filosofías de vida, inspiran formas de felicidad, estados de alegría, embriaguez creativa, semejante a lo que en la tradición mitológica se llama inspiración o bien entusiasmo.

Su función es crear modos de vida, generar potencias, crear el lazo entre el pensamiento y la acción.  Ese saber no puede ser medido pensado cuantificado, abordado y especialmente, no puede ser evaluado. Son eso y sólo eso: voces que nos inspiran, voces singulares que vienen a parar al tejido infinito de nuestro inconsciente estrellado”.[9]

Lo no-medible, interpretamos, es ese punto vital que se da desde los vínculos, los gestos sutiles, las actitudes discretas. Una de las cuestiones que se nos presenta como no-medible tiene que ver con los factores que generaron tan alto compromiso por parte de muchos de  los alumnos. En un punto, creemos, el placer y el compromiso se implican mutuamente, que el placer viene de la mano del vínculo cálido y el desafío intelectual. En su ensayo «Hay vida más allá de Púan», Panetta comenta: “...no lograba entender que comer alrededor de una mesa, que conversar en el medio de ese deleite, que compartir la noche o el atardecer de invierno era también un saber y que en ese mismo instante en el cual yo estaba preocupado por no descifrar cómo entrar en ese mundo, se estaban produciendo saberes delante de mis ojos, saberes que yo podía compartir o experimentar, saberes muy potentes que ahora entiendo de otra manera…”.[10]

Y de eso se trata, de entender siempre de otra manera...

Bibliografía

ALVARADO, A. y MURANO, G. - El taller de plástica en la escuela. - 1º ed. - Buenos Aires: Troquel educación, 1990.

Cap. 2. El debate oralidad / literacidad. - En: VICH, V. y ZAVALA, V. - Oralidad y poder. Herramientas metodológicas. Xed. - Buenos Aires: Grupo Norma, año

DESIDERIO, Mª Alejandra - Integración de áreas a través del arte - 1º ed. - San Martín: Castro Fernández, 2009.

DURÁN, Teresa - ¡Hay que ver! Una aproximación al álbum ilustrado. - Salamanca: Fundación Germán Sánchez Ruipérez, 2000. pp. 13-32.

PANETTA, Mariano. - Escuela de Once (Registros) - Universidad de Buenos Aires. Facultad de Filosofía y Letras, Cdad. Autónoma de Bs.As. 2107.

PANETTA, Mariano. - Hay vida más allá de Puán (Monografía) - Universidad de Buenos Aires. Facultad de Filosofía y Letras, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 2107.

PEREZ, S. y LACOMBE, B. - Frida. - 1º ed. - Buenos Aires: Edelvives, 2017.

REPÚN, G. y HILB, N. - Yo descubro la naturaleza. - 1º ed. - Buenos Aires: Grito Sagrado junior, 2007.

REPÚN, G. y HILB, N. - Yo me descubro. - 1º ed. - Buenos Aires: Grito Sagrado junior, 2007.

SERRA, Adolfo. - El bosque dentro de mí. - 1º ed. - México: Fondo de Cultura Económica, 2016. (Colección Los especiales de a la orilla del viento).

VAN HOUT, Mies. - Feliz - 1º ed. - México: Fondo de Cultura Económica, 2015. (Colección Los especiales de a la orilla del viento).

 

Notas

[1] En el marco del Seminario de Prácticas Socioeducativas Territorializadas, dirigido por el Dr, Gustavo Bombini, participaron la docente Úrsula Argañaraz, la Lic. Sabrina Martín, el profesor Enzo Constantino, y al alumno Mariano Panetta.

[2] Ver ALVARADO, A. y MURANO, G. - El taller de plástica en la escuela, p. 9.

[3] Ver DURÁN, Teresa - ¡Hay que ver! Una aproximación al álbum ilustrado, p. 26.

[4] Ver DURÁN, Teresa - op. cit., p. 28-29

[5] Ver Panetta, Mariano - Escuela de Once (Registros), p. 8.

[6] Ver Panetta, Mariano - op. cit., p. 13.

[7] Ibid., pp. 9-10.

[8] Ver Panetta, Mariano - op. cit., p. 6.

[9] Ibid., p. 9.

[10] Ver Panetta, Mariano. - Hay vida más allá de Puán (Monografía), p. 8.

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