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XXI Congreso Pedagógico 2016 

ESCUELA CRÍTICA Y EMANCIPACIÓN
REGISTROS PEDAGÓGICOS Y SU POTENCIA TRANSFORMADORA DE LA EDUCACIÓN PÚBLICA

Ponente: Érika Vanesa Tomé

Título: Los ejes de la ESI en la balanza

Resumen

El objetivo del presente registro es analizar mis vivencias como docente durante el desarrollo del proyecto “Derechos, sexualidad y escuela”. El propósito fundamental de este proyecto, fue  asumir un compromiso, consensuado con la familia, de brindar una adecuada educación sexual a los alumnos, con la complejidad necesaria de acuerdo a la edad de los niños orientada al segundo ciclo de la Escuela Primaria (7° grado). Para poder trabajar el tema en profundidad, debemos comprender el alcance de la palabra “sexualidad” (no remitirla únicamente a los órganos sexuales), pero debemos también comprender que la incorporación de la perspectiva de género (como herramienta metodológica de análisis) es un gran avance pero no es suficiente para lograr un abordaje Integral de la Educación Sexual.

En la ley N° 26.150 sancionada en 2006, se señala que todos los educandos tienen derecho a recibir Educación Sexual Integral, definiéndola como la que articula aspectos biológicos, psicológicos, sociales, afectivos y éticos. Los “estereotipos de género” consisten en ideas simplificadas, descripciones parciales y distorsionadas sobre las características de los hombres y las mujeres, provocando un “encasillamiento” de los sujetos que deriva en malestar. Estos estereotipos, cada vez más visibilizados en la sociedad contemporánea, son frecuentemente en la escuela objeto de análisis. No obstante, reconocer estos estereotipos, es sólo el primer paso en el camino hacia un verdadero abordaje integral.

 

LOS EJES DE LA ESI EN LA BALANZA
 
La ESI: obstáculos y emergentes

 

La Ley 26.150, sancionada y promulgada en el 2016, establece que todos los educandos tienen derecho a recibir educación sexual integral en los establecimientos educativos públicos, de gestión estatal y privada de las jurisdicciones nacional, provincial, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y municipal. En 2008 se creó el Programa Nacional de Educación Sexual Integral, del Ministerio de Educación de la Nación, con el objetivo de coordinar, implementar y evaluar diferentes acciones sobre la temática en todo el país.

Sin embargo, son tantas las Escuelas en las que la ESI no se implementa o lo hace sólo en forma superficial, como los docentes que no siempre logramos al cerrar un proyecto, ver más allá del producto final, identificando las dificultades y los emergentes que surgieron en el proceso para, a partir de los mismos, reflexionar y enriquecer nuestras prácticas futuras. El propósito del presente trabajo es analizar mis vivencias como docente durante el desarrollo de las actividades vinculadas a la ESI y visibilizar qué obstáculos y emergentes se presentaron en el momento de implementarla.

 

El contexto se hace texto

 

Las actividades se llevaron a cabo durante el ciclo lectivo 2016, en el 7° grado “A”, turno mañana, de la Escuela 14 del DE 21 “Ricardo Levene”.

La Escuela se encuentra ubicada en el Barrio de Villa Lugano, sobre la calle Cañada de Gómez, rodeada de casas bajas, limitando con las calles Unanué, Timoteo Gordillo, Batlle y Ordoñez, a una cuadra de Av. Riestra (avenida principal del barrio), a cinco cuadras de la calle Chilavert (que cuenta con un interesante centro comercial), a metros de la autopista Richieri, en las cercanías de algunas villas de emergencias, asentamientos y complejos habitacionales.

Los niños y niñas de esta escuela provienen de las viviendas del Barrio de Lugano, del Barrio INTA (Villa María Auxiliadora, Barrio Bermejo), de la Villa 20, Complejo Gral. Savio (Barrio Lugano I y II), Barrio Piedrabuena. y Villa Celina (La Matanza).

El grupo de 7° grado “A” 2016, estuvo formado por 34 alumnos (17 varones y 17 mujeres). La mayoría de los niños y niñas se conocían desde sala de 5 y no  se evidenciaban problemas de relación entre ellos. Las familias del grupo presentaban diversos niveles socio-económicos-culturales, pero, en la mayoría de los casos las madres se dedicaban trabajos en el hogar o fuera del mismo pero relacionados al estereotipo de lo femenino (amas de casa, personal de servicio doméstico, costureras y algunas maestras), mientras que los padres tenían trabajos fuera de la casa (albañilería y construcción, empleos en fábricas, changas). Esta configuración familiar en relación a lo laboral, influía en la participación desigual de madres y padres en las actividades escolares (ya sea asistir a actos y talleres o acompañar a los niños y niñas en el trabajo desde el hogar) y, según se observó al tratar el tema en clase, condicionaba de alguna manera la elección de la modalidad de educación secundaria (bachiller, comercial, técnica o artística) y las expectativas en relación al futuro laboral por parte de los niños y niñas.

 

La ESI: su abordaje, borde y desborde

 

La ESI es un derecho de los chicos y de las chicas de todas las escuelas del país, y es obligación del Estado Nacional y de los Estados Provinciales garantizar el efectivo cumplimiento de este derecho.

La enseñanza de Educación Sexual en las escuelas no es algo nuevo, ya en mi época como alumna de primaria (década del 80) cierta conocida marca de productos para la “higiene femenina” brindaba charlas exclusivas para las alumnas mujeres mientras los varones se quedaban en otro espacio ajenos a los “secretos de ser mujer”. La escuela brindaba Educación Sexual, pero lo hacía desde un abordaje biologicista y moralizante que marcaba un límite entre varones y mujeres, acentuando diferencias y perpetuando estereotipos, y principalmente, desconociendo o negando todo aspecto de la sexualidad que no pudiera reducirse al cuerpo. Ese borde remarcado no tardó en desbordarse, y la Escuela fue incorporando en las últimas décadas otros aspectos de la sexualidad. Esto no fue un proceso automático, sino el producto de cambios y luchas que culminaron en la sanción de la ESI, cuya novedad no es hacer obligatoria la Educación Sexual, sino plantearla como un derecho cuyo abordaje debe necesariamente partir desde una mirada integral.

Sin embargo, la Educación Sexual no es naturalmente integrada a nuestras prácticas, sino que suele ingresar a las aulas más bien a partir de situaciones que nos desbordan, de la irrupción de conflictos que visibilizan que la sexualidad es parte integral del ser humano, Una parte integral que inevitablemente se manifiesta, ya que, tal como afirma Graciela Morgade  en “Toda Educación es Sexual” la sexualidad es una dimensión de la construcción de la subjetividad que trasciende ampliamente el ejercicio de la genitalidad o una expresión de la intimidad. Es por ello que, docentes y alumnos estamos constantemente atravesados por esta dimensión haciéndola tan inseparable de nuestras prácticas educativas como cualquier otra de las dimensiones que nos constituyen como sujetos.

 

Lo planificado y lo emergente: registro de anécdotas que transforman las prácticas

 

La innegable evidencia de estereotipos de género que influyen en la vida presente y la visión de futuro de nuestros alumnos y alumnas, marca una necesidad urgente de incluir una perspectiva de género en nuestras prácticas cotidianas. Por ello, durante todo el año 2016 se presentaron a los alumnos y alumnas actividades ideadas para analizar desde una perspectiva de género situaciones cotidianas a través de dos proyectos “Estereotipos de Género y Deporte” y “Los personajes de cuentos tradicionales”; además se trabajó sobre una propuesta distrital en relación al lema “Ni una Menos”. Sin embargo, lo más enriquecedor de estos trabajos, no fue el desarrollo de las actividades planificadas, sino el replanteo del curso de los proyectos a partir de situaciones emergentes que desarrollaré a continuación reconstruyéndolas en forma de registro que sirvan para reflexionar en lugar de quedarnos en lo anecdótico.

El primero de estos proyectos, tuvo como propósito central abordar la problemática de género en la actividad deportiva como tema transversal desde una mirada interdisciplinaria que integre las áreas de Ciencias Naturales, Ciencias Sociales, Educación Física, y Prácticas del Lenguaje; ya que se observaron (tanto en el recreo como en la hora de Ed. Física) estereotipos que vinculan determinadas prácticas a preconceptos binarios de lo “femenino/mujer” y lo “masculino/hombre” (Ej: las mujeres practican Patín y los varones Fútbol), que derivaban frecuentemente en malestar y ocasionalmente en situaciones violentas. Durante el desarrollo de este proyecto se implementaron los deportes en equipos mixtos (Fútbol y Handball) y, de acuerdo a lo planificado se decidió que cada equipo tuviera igual cantidad de varones y mujeres y que los “goles” realizados por las nenas valieran doble. Debido a esto, una alumna de séptimo grado se acercó al profesor de Ed. Física y a mí con el siguiente planteo: “¿Por qué el gol de nena vale doble? ¿Eso no sería como decir que las nenas no podemos hacer tantos goles como los varones?”. Nos miramos perplejos, Lara, nuestra alumna, se volvió nuestra maestra. Nos enseñó que sin quererlo perpetuábamos los mismos estereotipos que planificábamos combatir. Nos invitó con su planteo a reflexionar sobre nuestros propios prejuicios y cómo estos se filtraban en nuestras prácticas, siendo necesaria una constante revisión y reflexión sobre lo planificado. Hicimos lo único posible de hacer: mostrarnos humanos, falibles, reconocer el error, reflexionar con los niños y niñas sobre el mismo y construir juntos un nuevo conjunto de reglas que todos consideráramos equitativas. La observación de Lara y sus consecuencias (desde el establecimiento de nuevas reglas hasta el replanteo sobre nuestros prejuicios), fueron sin duda lo más productivo del proyecto.

El segundo proyecto, surgió de un trabajo realizado desde el área de Prácticas del Lenguaje con el mismo grupo en 6° grado que consistió en caracterizar a los personajes hombres y mujeres de los cuentos tradicionales. En 7° algunos alumnos solicitaron retomar el trabajo(que yo consideraba cerrado y evidentemente no lo estaba), por lo que, desde las áreas de Prácticas del Lenguaje, Ciencias Naturales y Ciencias Sociales, se profundizó el proyecto buscando discernir si las características observadas en la descripción de los personajes de cada sexo se debían a diferencias anátomo-fisiológicas, o prejuicios que perpetúan los “estereotipos de género” y que parte de esos estereotipos continúa vigente en la época actual. Lo más intreresante de trabajar sobre los cuentos con este enfoque, fueron las inquietudes que surgieron más allá de la observación de los estereotipos de género, por ejemplo el planteo de  ”¿por qué en todos los cuentos tradicionales las parejas son de direrente sexos? ¿no había homosexuales en pasado?”. Nuevamente, surgió como emergente un aspecto del tema que excedía y enriquecía lo planificado, dando lugar a introducir el tema de la diversidad sexual y su visibilización / invisibilización en relación al contexto socio-histórico-cultural.

Se trabajó también, siguiendo una propuesta distrital sobre la violencia contra la mujer, en todos los grados de la escuela en relación al lema “Ni una menos”. Puntualmente 7° grado abordó el tema  de los cambios en las relaciones de pareja a lo largo de la historia. A través de este trabajo se hicieron presentes diversas historias familiares (presentes y de generaciones pasadas), así como temores y expectativas sobre el futuro, ya que muchos alumnos y alumnas relataron situaciones de violencia (mayormente psicológica y/o verbal y, en algunos casos, física) como algo natural de la pareja. Surgió también por parte de un alumno, un acertado cuestionamiento hacia el hecho de que en la escuela se hable casi exclusivamente de parejas heterosexuales (mamá y papá). Este planteo fue muy enriquecedor para ampliar el tema y comenzar a dialogar sobre la diversidad sexual y la diferencia entre los conceptos de sexo biológico, género como estereotipo y orientación sexual.

 

Los ejes de la ESI en la balanza

 

Según la definición del Ministerio Nacional de Educación[1], se denomina ESI al espacio sistemático de enseñanza aprendizaje que promueve saberes y habilidades para la toma de decisiones conscientes y críticas en relación con el cuidado del propio cuerpo, las relaciones interpersonales, el ejercicio de la sexualidad y de los derechos de los niños, las niñas y los jóvenes.

A partir de la breve descripción de los proyectos abordados durante el año, es posible afirmar que se planificó el trabajo para abordar la ESI desde una perspectiva de género. Pero, también es posible, reflexionar y cuestionar si este abordaje  “promueve saberes y habilidades para la toma de decisiones conscientes y críticas”, y si este abordaje que (lejos de reducir como antaño la Educación Sexual a aspectos biológicos) incorpora la perspectiva de género como tema transversal, es realmente abarcativo de todas las dimensiones que hacen a la integralidad de la ESI.

Según observo al analizar el registro de mis prácticas en relación a los proyectos mencionados, estos se centraron casi exclusivamente en el enfoque de género y el ejercicio de los derechos, dejando en un segundo plano, el respeto por la diversidad, la valoración de la afectividad, y el cuidado del cuerpo, dimensiones que surgieron a partir de la demanda espontánea de los alumnos y que fueron abordadas de manera más informal. Sin embargo, de acuerdo a lo relatado, aquellos trabajos que surgieron de emergentes y nos desviaron de lo planificado, a partir de observaciones, cuestionamientos y reflexiones, fueron los que más enriquecieron la tarea, ya que inquietudes de los niños y niñas requerían ampliar lo planificado. Esto me llevó a pensar ¿estamos los docentes preparados para trabajar integralmente la ESI?, ¿trabajar desde una perspectiva de género es suficiente para asegurar un enfoque integrador de la ESI?, ¿qué dimensiones de la sexualidad nos falta incluir desde el momento de la planificación de las actividades?

 

Tensiones y conflictos, preguntas y respuestas

 

A partir de la reflexión sobre la implementación de la ESI en el año 2016, logré visibilizar que mi abordaje no abarcaba todos los componentes, centrándose casi exclusivamente en la perspectiva de género. La observación de las limitaciones de mi planificación en las actividades relacionadas a la ESI, me llevó a cuestionar el porqué de esta omisión o, por lo menos, menor atención a determinados aspectos.

A partir de esto surgieron algunos interrogantes que compartí con colegas en relación a ¿qué es la ESI y por qué es importante su implementación? y ¿en relación a qué aspectos de la ESI nos sentimos cómodos o incómodos y por qué? Algunas respuestas que llamaron mi atención por reiterarse al conversar con docentes de diversas áreas y modalidades estuvieron relacionadas a la incomodidad de trabajar sobre temas para los que no nos sentimos preparados, por no haber sido formados en los mismos, por temor a transmitir información errónea, por desconocimiento, por falta de capacitación. Me pregunto entonces si trabajar la ESI limitándonos a los aspectos biológicos y/o desde una perspectiva de género trabajada con escasa profundidad que se desmorona ante las inquietudes de nuestros alumnos y alumnas a las que no podemos /sabemos dar respuesta, es la forma más “simple” de acercarnos al tema desde aquello para lo que sí nos sentimos preparados.

La ESI es un derecho de los niños y niñas y los docentes debemos garantizar el cumplimiento de este derecho. Pero, ¿es suficiente una Ley para garantizar el cumplimiento de un derecho?, ¿es posible implementar la ESI cuando muchos docentes afirman no sentirse cómodos o preparados para ello?, ¿cómo podemos garantizar el derecho a recibir una Educación Sexual Integral?

No es mi intención dar respuesta a estas preguntas, sino abrir el debate para reflexionar sobre nuestras prácticas, profundizarlas y mejorarlas, con miras a lograr que se generen las condiciones que hagan posible abordar la Educación Sexual de manera Integral.

 

Bibliografía

 

1. Escuela 14 DE 21 “Ricardo Levene”. -  Proyecto Escuela “¿Qué Expresamos? ¿Cómo? ¿Por Qué? ¿Para Qué?”. 2016

2. Especialización Docente de Nivel Superior en Educación y Derechos Humanos (2016). Programa de Educación Sexual Integral. La Educación Sexual en la escuela: un derecho que nos incumbe. Clase 1 a 4. Buenos Aires: Ministerio de Educación y Deportes de la Nación.

3. La documentación narrativa de experiencias pedagógicas. Una estrategia para la formación de docentes. Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología y Organización de los Estados Americanos Agencia Interamericana para la Cooperación y el Desarrollo [AICD]. Disponible en: https://www.unrc.edu.ar/unrc/academica/pdf/libro-narrac1.pdf

4. Ley Nacional de Educación Sexual Integral Nº 26.150, disponible en http://www.me.gov.ar/me_prog/esi/doc/ley26150.pdf

5. Lineamientos curriculares para la Educación Sexual Integral. Programa nacional de educación sexual integral. Disponible en: http://www.me.gov.ar/consejo/resoluciones/res08/45-08-anexo.pdf

6. “Los ejes de la ESI”, Educación Sexual Integral, Especialización docente de nivel superior en educación y TIC, Clase 2. Buenos Aires, Ministerio de Educación de la Nación. Disponible en: http://www.igualdadycalidadcba.gov.ar/SIPEC-CBA/Capacitacion2016/DocumentosSecundaria/Preceptores/Precep-Profu-EjesDeLaESI.pdf

7. Morgade, G. (Coordinadora). “Toda educación es sexual”. Buenos Aires, La Crujía, 2011.

 

[1] Ministerio Nacional de Educación. Programa Nacional de Educación Sexual Integral. Disponible en: http://www.me.gov.ar/me_prog/esi.html?mnx=esi&mny=_quees&carpeta=esi

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